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¿Escuchas música mientras trabajas? Desde siempre, la música ha enriquecido nuestra vida personal. Sin embargo, no siempre nos damos cuenta de los beneficios que puede tener también para nuestra vida profesional. En numerosas ocasiones, cuando sube el nivel de estrés en la oficina o cuando se acumulan las tareas sobre tu escritorio, la mejor opción puede ser darle al play.


Si estás en un espacio de trabajo ruidoso, el cerebro intentará procesar los datos que necesita de forma individual, separándolos del ruido. Aunque no nos demos cuenta, esto nos resta energía. Energía que deberíamos estar usando en nuestro trabajo. Además, el ruido aumenta el nivel de estrés. La música te ayudará porque bloqueará los inputs innecesarios (el ruido) y además te ayudará a mantener la calma.


Estudios han demostrado que, en general, la gente que escucha música mientras realiza tareas repetitivas lo hace más rápido y con menos errores. Esto ocurre porque la música que te gusta libera neurotransmisores como la serotonina o la dopamina, que te ayudan a sentirte relajado y feliz, además de ayudarte a concentrarte más. Esto cobra especial relevancia cuando la tarea que estás llevando a cabo es compleja. Los cirujanos a menudo escuchan música en la sala de operaciones ya que les ayuda a liberar el estrés y centrarse. Además, la música también favorece el modo en que interactúas con tus compañeros, si estás feliz y te sientes bien eres más respetuoso y paciente.


Sin embargo, si decides escuchar música mientras trabajas, mejor que no sea música nueva para ti. Escuchar melodías y canciones que no has oído antes hará que te centres en la novedad y no en la tarea que estás llevando a cabo.

La música puede marcar una gran diferencia en tu jornada laboral. Siéntete libre para subir el volumen si el ruido de tu entorno te molesta, pero recuerda, escoge una playlist de música que ya conoces para que te ayude y no te distraiga.

 
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Selección de personal
 

Una competencia es una característica individual (elementos subyacentes, no visibles, como: rasgos personales, motivos, roles, imagen de uno mismo) en la que se originan las actitudes (valores, convicciones, creencias personales), aptitudes (capacidades innatas para el aprendizaje y actuación) y habilidades (destrezas para ejecutar algo) que guían la conducta de un ser humano en una situación dada, en este caso, dentro del ámbito laboral.

Estas no se pueden identificar en una entrevista de trabajo tradicional, que solo mide el grado de inteligencia y la experiencia del postulante).



Entrevista de trabajo por competencias:

Para llegar a saber cuán productivo puede ser el potencial empleado, durante la entrevista por competencias, el especialista se centra principalmente en la obtención de ejemplos conductuales del postulante en su vida profesional, académica y personal, los cuales serán analizados y servirán como elementos de predicción sobre comportamientos del postulante en un futuro laboral cercano; que se espera sea positivo, superior y sostenido en el tiempo.

Estos ejemplos conductuales se pueden conseguir a través de preguntas que ayuden al candidato a recordar una situación específica a la que tuvo que enfrentarse, haciendo uso de cierto nivel de dominio en sus acciones y el resultado que obtuvo. Así se podrán reconocer los comportamientos que naturalmente guían y guiarán las decisiones del individuo; y, con ello, si el candidato reúne las competencias para el puesto.


Estructura básica de una entrevista por competencias:

  • Situación: Ayudado con preguntas apropiadas el entrevistador hará que el postulante identifique y describa, al detalle, una situación del pasado (no mayor a dos años, ni menor de uno).
  • Tarea: Las preguntas adecuadas deben ayudar a determinar las responsabilidades y objetivos de la persona en plena situación.
  • Acción: Reconocer conductas personales manifestadas durante dicha experiencia.
  • Resultados: Se debe encontrar o determinar el nivel de eficacia obtenido tras las decisiones que tomó o las soluciones que aplicó el postulante en tal situación.

No se trata de obtener opiniones o conceptos teóricos, que no son respuestas conductuales, sobre que haría o que hubiera hecho (por ejemplo: en esa situación se debería, nunca lo haría o a veces ha pasado), sino de encontrar ejemplos puntuales de las conductas que se tuvieron en dichos eventos pasados; es decir, hay que descubrir a la persona en acción, saber que pensó, sintió y finamente hizo en aquel momento específico.


Ejemplo de una entrevista:

Situaciones que sugiere el entrevistador:

  1. Cuénteme una situación en la que sus clientes le hayan reconocido su trabajo.
  2. Nárreme una situación en la que asumió riesgos al asesorar a su cliente.
  3. Descríbame una experiencia en la que discrepó con su cliente porque vio que no le convenía, a él o su empresa, la decisión que estaba tomando.
  4. Reláteme una situación en la que su cliente no quedó satisfecho.

Preguntas que se pueden utilizar en cualquiera de los casos:

¿Qué paso?, ¿cuándo ocurrió?, ¿trabajó solo?, ¿intervino alguien más, compañeros, su jefe?, ¿qué esperaban sus clientes de usted?, ¿que hizo exactamente?, ¿qué acciones o estrategias utilizó?, ¿para qué?, ¿qué alternativas propuso?, ¿qué resultados obtuvo?, ¿cuáles fueron los efectos en sus clientes?, ¿qué consecuencias o resultados tuvo para usted y su organización?, ¿qué paso después?, ¿quedaron satisfechos sus clientes?, ¿lo volvería a hacer? o ¿haría algo diferente?, ¿qué aprendió de esta experiencia?

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Clima organizacional

El Síndrome de Burnout (también llamado simplemente «Burnout » o «síndrome del trabajador quemado») es un tipo de estrés laboral conocido como crónico.

El Síndrome de Burnout (del inglés «burn-out»: consumirse o agotarse) se caracteriza por un progresivo agotamiento físico y mental, una falta de motivación absoluta por las tareas realizadas, y en especial, por importantes cambios de comportamiento en quienes lo padecen. Éste cambio de actitud, relacionado generalmente con «malos modales» hacia los demás o con un trato desagradable, es una de las características clave para identificar un caso de Burnout.

Este síndrome suele darse con mayor frecuencia en aquellos puestos de trabajo relacionados con atención a terceros, como docentes, personal sanitario o personas que trabajan en atención al cliente y puede llegar a ser motivo de baja laboral, ya que llega un momento en que el empleado se encuentra física y mentalmente incapacitado para desarrollar su trabajo.


Síntomas emocionales 

– Cambios en el estado de ánimo: Se trata de uno de los síntomas principales del Síndrome de Burnout. Es frecuente que el trabajador se encuentre irritable y de mal humor.

– Desmotivación: El trabajador pierde toda ilusión por trabajar . Las metas y objetivos dejan paso a la desilusión y al pensamiento de tener que soportar día tras día situaciones estresantes que superan su capacidades y cada jornada laboral se hace larga e interminable.

– Agotamiento mental: El desgaste gradual que produce el Burnout en el trabajador, hace que su resistencia al estrés sea cada vez menor, por lo que al organismo le cuesta cada vez más trabajo hacer frente a los factores que generan ese estrés.

– Falta de energía y menor rendimiento: Se trata de una consecuencia lógica del punto anterior; como el organismo gestiona de modo deficiente los recursos de que dispone, su capacidad de producción disminuye y el rendimiento por tanto baja. 


Síntomas físicos 

Pero el Síndrome de Burnout no nos afecta sólo a nivel psíquico, entre los síntomas a nivel físico que produce, podemos encontrar:

– Afecciones del sistema locomotor: Es frecuente la aparición de dolores musculares y articulares, que se dan como resultado de la tensión generada por el estrés laboral y que por lo general están provocadas por contracturas musculares.

– Otras alteraciones psicosomáticas: como problemas gastrointestinales, cardiovasculares, afecciones de la piel, dolores de cabeza o cefaleas, mareos, alteraciones del apetito sexual y mayor riesgo de obesidad entre otros.

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